Visita a la Abadía Cisterciense de Cañas

Este fin de semana hemos estado en con un grupo en la Abadía Cisterciense de Cañas.

Esta Abadía cisterciense en una de las primeras que se fundaron en España. Don Felipe Díaz de Haro, IX señor de Vizcaya y de su esposa doña Aldonza Ruiz de Castro donaron en el año 1170 las villas de Cañas y Canillas a las monjas del monasterio de Hayuela para que fundaran una abadía en este lugar.

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La construcción del monasterio ha sido paulatina, hay tres etapas claramente diferenciadas, la románica de la que apenas quedan vestigios, la gótica que correspondería a parte de la iglesia y sala capitular, fechadas en la segunda mitad del siglo XIII, y la posterior al siglo XVI en la que se continúa la construcción de la nave central, quedando las dos laterales inconclusas. La portada principal del monasterio data de 1757, siendo la parte que habitan las monjas la más tardía cronológicamente. Muchas de las piedras de la iglesia conservan la marca del cantero que las labró.

La iglesia del monasterio sorprende por su gran luminosidad a través de sus grandes ventanales. El gran retablo renacentista obra de Andrés de Melgar y Guillén de Holanda fue mandado construir por la abadesa doña Leonor de Osorio hacia el 1523 a modo de tríptico, la temática se basa esencialmente en María. Hasta 1975 estuvo en el prebisterio, encontrándose en la actualidad a los pies de la iglesia.

La portada de la sala capitular destaca por su singular belleza, sus tres arcos apuntados están decorados con motivos vegetales. En su interior destaca el sepulcro de estilo gótico de comienzos del siglo XIV de la beata Doña Urraca López de Haro, hija de los fundadores que vistió los hábitos desde muy joven llegando a ser la cuarta abadesa de la comunidad. Falleción el año 1262, conservándose su cuerpo incorrupto.

La abadía ha sido pionera en la iluminación con fibra óptica en los dos museos que posee: la Sala de Reliquias que contiene cuatro grupo de colecciones que van desde el año de la fundación del monasterio hasta el siglo XX. Entre las numerosas piezas sobresale una caja hispanomusulmana de los siglos XI y XII de procedencia cordobesa; y el museo de la cilla o almacén, en el que se han instalado diversos retablos que existían en las iglesias, tallas, relieves y pinturas de singular interés.

La comunidad de monjas cistercienses que habitan ininterrumpidamente el monasterio desde su fundación se dedica al trabajo manual y a la oración. Decoran porcelana, elaboran dulces, confeccionan rosarios y tienen una pequeña hospedería.